miércoles, 9 de diciembre de 2009

Buena fotografía, Mal planteamiento


Esta es la imagen de la última campaña de loewe. Una fotografía que, estéticamente es correcta, analizada en sentido estricto, como una imagen, de manera denotativa, es una buena fotografía (para no serlo, con lo que se deben de gastar en publicidad).


Observamos que la fuerza de la imagen, el elemento de mayor peso es la cara de la chica, concretamente su mirada y su boca, que forman el triángulo principal de dicha imagen. Y a ello contribuye la luz que hay en la fotografía, que cae en picado desde arriba, pero de forma algo difuminada, iluminando la parte izquierda de la imagen (lado derecho de la modelo).

Se trata de una imagen asimétrica, poco o nada geométrica, de líneas curvas y sinuosas, pero estudiadas. Son la boca y los ojos los elementos de mayor peso porque contrastan en color con el resto de la fotografía, que mantiene unos tonos claros y dorados (incluso el vestido, que solo intuímos, es del mismo tono). Es el objetivo, que toda la imagen mantenga un orden estético para que el elemento principal realmente llame la atención. Además los tonos elegidos evocan elegancia, sencillez, frescura, adjetivos que se corresponden con la imagen que loewe quiere dar de este perfume, más desenfadado.


Pero, y ya en un plano más connotativo, el triángulo que lleva el peso de la imagen lo lleva, porque el objetivo es llamar la atención sobre la postura de la modelo, sobre la acción que está realizando, sobre la pose que mantiene. Todo ello, unido a los tonos utilizados, y la luz (tanto la cantidad de la misma, como la forma en la que está proyectada -tipo foco difuminado-) ofrecen la imagen de una mujer sensual, atractiva, algo animal incluso, que recuerda a un felino por su forma de lamerse, transmite una sensación de perfección y locura (como el nombre de la fragancia en cuestión).


Aunque, efectivamente la fotografía, en sus elementos formales es impecable, no así en los valores que transmite. La manida imagen de sensualidad como única característica destacable de una mujer, debería ya quedar para la publicidad pasada de moda. Se trata aquí, en este anuncio de loewe, a la mujer, como puro objeto sexual que no tiene nada más que ofrecer que su cuerpo. Y claro, un cuerpo bello, joven, delgado..., en fin lo que caracteriza a una mujer de anuncio, por desgracia para las tantas féminas que intentan imitar a estas imposibles bellezas. Imposibles porque todas están harto retocadas, porque no existe, no ya la mujer, sino la persona perfecta. Una última apreciación, es curioso que la mayoría de los anuncios sobre productos destinados al sexo femenino, especialmente perfumes, tengan como protagonistas a mujeres, perfectas sí, pero también casi desnudas, ¿es éste un reclamo para que los hombres heterosexuales compren dicho producto a sus parejas? Porque dudo mucho que los publicistas piensen que ese pequeño y significativo detalle atrae a las consumidoras.


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