
En esta primera foto se puede observar en un primer plano el pie de lo que se imagina que es un cadáver. En segundo plano aparece todo el vecindario tras un cordón policial. Toda la fotografía está cargada de significado. Esta imagen representa claramente la idea de que no hace falta ser agresivamente explícito para conseguir transmitir la realidad de lo sucedido y a la vez evocar en el espectador un sentimiento sobrecogedor ante la muerte de una persona. No nos hace falta ver la cara de ese cadáver. No queremos verla. Nos basta y entendemos perfectamente la situación de las favelas con una imagen como esta, que es elegante a la hora de mostrar el horror.
Además, nos da mucha más información, ya que con ella, podemos ver cómo reacciona la población con esta situación que les ha tocado vivir. En ellos se muestra una cara serena, de resignación, habituados a vivir en ese infierno. Hasta niños en primera fila mirando sin miedo directamente al cadáver. Es increíble cómo han interiorizado como algo normal estos hechos tan impactantes para nosotros como es el ver una persona fallecida, y más aún, por una muerte violenta. Sinceramente yo no quiero perder esa sensibilidad y aprensión a imágenes de ese tipo, sentiría que no sigo siendo humana.
En contraposición a todo lo dicho anteriormente, estaría esta otra imagen, hecha por el mismo fotógrafo y aparecida en el mismo reportaje del mundo.es. Aparecen tres elementos triangulados que son los más importantes de la imagen. Como protagonistas estarían los cadáveres situados en la parte central, pero quedan un poco desplazados a la izquierda por otro personaje que entra en acción. Este es, el hombre entrado en carnes que con un aspecto de turista está haciendo fotos al esperpento que tiene ante sí. Da miedo pensar que no sea un policía, pero también da miedo pensar que sí lo es. En primera fila y un poco desenfocado por su papel secundario, aparece la cara de un niño que está a unos pocos metros del horror como si nada, ya que debe ser un espectáculo digno de ver, que de vez en cuando le saca de su monotonía del día a día.
Sí que es verdad, que con sólo la imagen del pie no reconstruimos en nuestra cabeza lo que exactamente sucedía en esa calle, ni cómo fueron encontrados los cadáveres. Así pues, nos faltarían informaciones tan importantes como son el dónde y el cómo. Pero todo esto estaría solucionado con la foto que aparece a continuación.
http://www.elmundo.es/albumes/2009/10/23/brasil_violencia/index.html
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